II.Amantes de Teruel: El Yin - Yang aragonés del Medievo

POR Angel Alvarez Orgaz
10/01/2024

Esta imagen es aproximada a la verdadera. Los Amantes son mucho más grandes, y el anciano, mucho más pequeño, pero la idea es la misma. Dos seres enamorados que se miran a través de la opinión social.

Están ahí y sus cuerpos de ave indican algo, pero el artista ha plasmado un amor imposible, en las propias garras del cuervo y del águila, como seres alados enamorados, que tratan de asirse desesperadamente, el uno al otro, sin conseguirlo.

Realmente, impone, ver el rostro de la presunta Isabel, con la mirada más dulce y tierna, y justo debajo de su rostro lleno de anhelo, descubrir una garra descomunal, de un cuervo negro, que trata de aferrarse a la vida y al amor, ya convertida en semejante y terrible quimera.

Te deja sin habla, ver al presunto Juan, con la mirada del amor místico, más profundo, hacia su pareja, con unas pupilas más cercanas a las cejas, hacia arriba, hacia lo alto, embutido en una quimera de águila, desesperada, que se agarra a la pared vertical de la vida, con unas uñas que no son capaces de asirla.

 

La escena es sobrecogedora. Estas dos personas se miran con amor, a la vez que sus garras tratan de asirse al otro, con ansia vital, sin conseguirlo, y resbalando por la propia cornisa emocional que les separa.

Y, entre medio de ambos, el rostro del único anciano pintado en la techumbre, con el pelo blanco, y con la peor mirada y gesto que pueda tener una persona tan mayor: la mirada de no entender nada de nada, como si hubiera sido víctima de las circunstancias, a lo largo de toda su vida, sin capacidad de elección posible. Una vida amarga y llena de desesperanza, que no ha merecido la pena vivirse.

Es el rostro de alguien, que conoció a los enamorados en vida, ya que esas escenas fueron pintadas, tan solo medio siglo después.

Es por eso, que también se pinta al anciano, como la prueba de que todavía existía un testigo de excepción, que daba fe de aquellos extraordinarios, únicos y asombrosos hechos, que aspiraban a convertirse en una descomunal LEYENDA, GRACIAS A SER PLASMADOS EN AQUELLAS PINTURAS.

De hecho, nos atrevemos a decir, que en una primera fase de la pervivencia de esta mítica historia, las pinturas de la Iglesia de Santa María de Mediavilla fueron aún más decisivas, que las propias sepulturas de los Amantes, y de las propias momias, que no estuvieron expuestas, sino enterradas juntas.

Y, muy probablemente, en una cripta especial o diferente, dado que llegaron a momificarse, y sus huesos, no se conviertieron en polvo, como los de la gran mayoría.

Este es otro dato, que la gente común y corriente, admiraría, tiempo después, al exhumarlos, posiblemente, para el traslado de sus huesos, a otro lugar de menor importancia.

Y de alguna forma, los venerarían, ya que no se trataba de los restos de dos personas santas, pero sí de los restos de dos seres, que incuestionablemente, "tan solo cometieron una osadía, y es que, se amaron de verdad hasta morir en el empeño".

Fue aquel, el lugar elegido para plasmar sus pinturas, no solo en las maderas de la colosal, colorida y hermosa Techumbre, sabedora de que su talento iba a traspasar todos los siglos posibles, aunque con bastante chiripa, sino en las más elevadas alturas de la Iglesia, más alto aún, en los invisibles registros akásicos del subconsciente colectivo común humano.

Junto a él, de forma lateral, está su propio retrato, cuando era joven y los conoció. Entonces era un hermoso pelirrojo. La expresión de ambos, es la misma.

 

Es la misma persona, el anciano, cuando era joven, y conoció a los dos enamorados. La coincidencia de los rasgos, y el hecho de que ambas pinturas estén contiguas, parece indicarlo, en el lenguaje pictórico del medievo.

El anciano sigue pensando lo mismo, que en el día trágico de aquellos sucesos:

Semejante mirada, en una persona joven, nos disgustaría, y nos alarmaría, pero en un anciano, nos produce la mayor de las congojas y el mayor de los desánimos.  ¿Qué hace este anciano, con esta actitud nefasta, acompañando visualmente toda la escena, en medio de estos dos jóvenes enamorados? ¿Puede haber una contradicción mayor? ¿Qué mensaje se nos pretende transmitir?

Es como si el anciano nos estuviera diciendo, que el amor romántico no vale para nada, porque no trae más que dolor y sufrimiento.

Es como si nos estuviera diciendo que la vida consiste en que, “El vivo al bollo, y el muerto al hoyo”.

Es como si, en el fondo, el anciano culpara a estos dos jóvenes, de su absurdo enamoramiento, por el trágico suceso posterior, debido a esos sentimientos emocionales e irracionales tan banales, para la supervivencia de la especie, por lo poco adaptativos.

Es como si entendiera que el amor no existe, ni existirá, y que la libertad consiste en tener dinero, para hacer lo que uno quiera, y lo que uno siempre quiere, es tener poder, sobre la voluntad de los demás.

Es como si nos dijera, que el dinero es lo mismo que la libertad, porque te permite cualquier satisfacción, en un mundo donde no hay para todos.

Es como si nos dijera, que en el mundo, lo más importante es el comportamiento en sociedad, las apariencias, y que toda la vida tiene que girar en torno a ese principio.

El viejo y su gesto es lo más torcido y triste que hemos encontrado jamás, en iglesia alguna. No es el lugar para esta pintura, ni tampoco es el lugar para las miradas de esos enamorados, mientras tengan sus cabezas engarzadas en cuerpos de aves, que no dejan de traernos a la cabeza, la idea de la carroña.

Una idea de carroña que aporta la idea de la muerte, de la descomposición, de la desaparición de lo bello, de lo hermoso, de lo verdadero. La idea de la futilidad de la vida, de lo efímera que es, ligada a la ausencia de verdadero amor en la misma, y a la idea de que, hay que aprovecharse de ella, más que experimentarla con inocencia.

El gesto del viejo parece debatirse entre la idea del negocio del matrimonio, como forma social de tener un sitio importante en la vida, acumulando poder y dinero, y entre lo absurdo de llegar a un sufrimiento tan enorme, donde morirse, sea la única opción posible, por no poder lograr vivir unidos, en el amor verdadero.

No es una mirada de esperanza, y apoya la idea de que los enamorados, acabaron actuando de forma poco inteligente. Y, esto es lo que les espera, a todos los que se dejan llevar por el corazón, y no por la cabeza.

El disfrute sexual puede obtenerse con astucia y picardía, teniendo dinero, prestigio y poder. Y, si eres listo, puedes tener las dos cosas, el amor y el dinero, la máxima satisfacción en la vida.

Pero, si lo que buscas, es el amor verdadero, y vas hasta la Fuente del Agua Viva, entonces, la desgracia, la soledad, la tristeza, y en última instancia, la depresión más dolorosa, se abatirá sobre aquellas personas tan inocentes, que han tenido la extraña audacia, de recorrer ese camino.

Y sus vidas acabarán de forma trágica, para ambos, porque en este mundo, no es posible la felicidad espiritual, tan distinta de lo que, en el mundo, sí que se te ofrece: la satisfacción física y emocional.

En el fondo, el viejo nos aporta la mayor de las desesperanzas posibles. No es un viejo sabio, sino que es un viejo amargado, con una mirada de cinismo, despeinado, y probablemente sucio y ajado.

No es la persona que tuviera que estar entre esos dos enamorados, en esa Techumbre, porque no los realza, verdaderamente, sino que los condena, en sus cuerpos de ave, a pesar del profundo e inconsciente significado espiritual que tienen estas dos aves, en el acervo cultural mundial: la espiritualidad del cuervo, y la nobleza y el honor del águila.

Más parece un aviso, para navegantes despistados, en los mares tempestuosos del mundo material y emocional: mares de materia necesitada y tormentas sentimentales inevitables.

Por supuesto, que estos argumentos, no prueban que estos dos enamorados fueran, Juan e Isabel, pero en estas imágenes, sí se reflexiona, muy sospechosamente, mediante el lenguaje pictórico de la época, sobre la naturaleza de las emociones de dos seres que se aman, más allá de la mera supervivencia material, en el mayor de los enamoramientos platónicos.

Y estas reflexiones medievales, son extrañas, tanto en el lugar, como en el momento, a menos que no estuvieran acompañadas por hechos reales, que avalaran tales expresiones pictóricas.

Y, es que el viejo no cree que la felicidad sea posible. Cree en la satisfacción material, como sustituto de la felicidad más elevada.

Este es el verdadero debate de los Amantes de Teruel.

Y esto explicaría que este debate, tan crucial, haya acabado impregnando el subconsciente colectivo, no solo de Teruel, sino del mundo entero, porque el inconsciente no tiene fronteras.

En el fondo de nuestras almas, todos queremos ser como Juan e Isabel, amarnos como se amaron ellos, y haber tenido una vida pletórica de éxitos materiales y no solo de éxito espiritual.

Tal vez, ese el verdadero motivo por el que, las momias, que dicen ser de LOS AMANTES DE TERUEL, hayan pervivido 800 años, en un mundo, donde vivir estando enamorado, puede llegar a ser mucho más difícil, que no vivir estando enterrado, dentro de la propia dureza de la vida.

La increíble preservación de estos dos cuerpos, nos indica hasta qué punto, para la gente, es importante la cuestión DEL AMOR VERDADERO Y ETERNO, del que aquí se trata.

Y es por ello que, por la mera existencia de su LEYENDA ancestral, que nos ha llegado incólume, hasta nuestros días, demos por sentado que las momias son, la de Él y la de Ella, LOS AMANTES DE TERUEL, JUAN E ISABEL. Y, sin embargo, no ocurre lo mismo, incluso se niega con vehemencia, de estas pinturas, que son casi COETÁNEAS:

Puede que estemos ante la pregunta que le hacemos a la vida, que más sentido haya tenido jamás, a lo largo de toda la historia de la humanidad:

¿Por qué el amor verdadero, solo es posible después de la muerte?

Porque, si el amor es verdadero, tiene que serlo también en la Tierra, y parece que no es posible, o muy difícil, acá, en el mundo. Y, si el amor no es verdadero en la Tierra, entonces, ¿qué más dará, que lo sea después de la muerte?

Entonces, ¡TODO VALE, Y TODO ESTÁ PERMITIDO!: Vivamos para satisfacer los sentidos materiales, y hagamos lo que nos dé la gana, porque seríamos idiotas, perder los placeres que se nos conceden, DE CASUALIDAD, SIN LA EXISTENCIA DE NINGÚN DIOS. Y el más poderoso y rico tiene más acceso a todas las satisfacciones materiales y mentales.

El amor romántico, el enamoramiento y el amor fraterno de la amistad se fusionan en UNO solo, dentro del núcleo de los Amantes de Teruel.

Parece ser, que este tipo de personas no pudieran existir en nuestro mundo. Y, es por ello, que las personas más extremistas de las religiones, y también de los poderes sociales, ponen todas las trabas posibles, ridiculizándolo, y mofándose de las personas que se entregan, mutuamente, en esta forma de amor, tan inocente y puro.

¿Por qué, si no están molestando a nadie?

PORQUE PONEN EN EVIDENCIA, EL EGOÍSMO DE LA GENTE CÓMODA, UNA GRAN MAYORÍA, QUE NO HARÁ ABSOLUTAMENE NADA, PARA BUSCAR LA TRANSCENDENCIA DE LA VIDA: ENCONTRAR LA CONSCIENCIA MÁS ELEVADA, Y DESCUBRIR, QUE NUESTRO SENTIDO DE HABER VENIDO A ESTA VIDA, ES APRENDER A AMAR.

Y ESO INCLUYE, APRENDER A PERDONAR.

Y es que, se nos impone una idea del amor, como un trabajo en equipo para lograr la mejor pesca, donde el enamoramiento es tan solo el anzuelo, al que se le engarza un gusano llamado “sexo”, y donde ya es suficiente con el disfrute de las relaciones sexuales placenteras, en una pareja con las mismas largas cañas de afinidades para la pesca, y dentro de una líquida corriente de éxito social, dinero y poder, que rara vez es transparente.

Y, sin embargo, en este tipo de relaciones, la gran mayoría, existen las infidelidades, los suicidios, las amargas discusiones. ¿Por qué, si se ha logrado todo en la vida?

Pero Jesús nos dice que: “No solo de pan vive el hombre”. Admite que se vive de “pan”, pero que “no solo”. Que sabias palabras. No es necesario renunciar, ni negar a la materia, sino ensalzar, buscar y conocer la existencia del éxtasis divino del amor. Por eso, también dice: “Dale al César lo que es del César, y a Dios, lo que es de Dios”.

Y hablamos de Jesús, porque la Catedral de Santa María de Mediavilla está dedicada a su Madre, aunque no aparezca en la techumbre, más que en dos dibujos secundarios, y las dos veces, llorando. Uno de sus más hermosos misterios.

Las imágenes de estos dos Enamorados, son la representación del eterno “Yin - Yang” de la existencia, de la creencia en la inocencia y la bondad, como base de la vida, y de la esperanza de que el secreto de lo eterno es vivir con la consciencia de lo efímero, porque la libertad solo puede experimentarse en el momento presente, sin pasado, ni futuro.

Y todo ello, frente a la idea del volátil dinero y poder, tan seguros, como la cantidad de energías que tendrás que utilizar para defenderlos, de los ataques de los mismos que son como tú.

Y, todo ello, en la creencia de que aportan la tan ansiada libertad, ganada duramente, en dura pugna contra los demás, de los que estamos separados, en un mundo de carencia, donde jamás habrá para todos, y donde tan solo unos pocos pueden lograrlo: Y ESTA, es la definición de MURO PERSONAL.

La realidad, puede ser aún más inquietante, porque EL ROSTRO DE ESTE ANCIANO, ANTES JOVEN, PUEDE SER SU ROSTRO REAL. Y porque, si el anciano conoció a los Amantes de Teruel, tal vez recordó sus rostros, y ayudó a plasmarlos, tal y como eran realmente:

Esto sería crucial, porque, con ayuda de familiares que tuvieran su parecido, nuestras audaces mujeres pintoras, tal vez nos plamaron, en la Techumbre de la Catedral de Santa María de Mediavilla, LOS VERDADEROS ROSTROS DE LOS AMANTES DE TERUEL.

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